sábado, 24 de abril de 2010

El Origen de Villa Luzuriaga: "Villa las Margaritas"

La familia Mendez, encabezada por los hermanos Teofilo, Agustin y Nicanor, se instalo en nuestro pais alrededor dedicandose a distintas empresas comerciales, entre las que podemos nombrar: la empresa de Tramway a caballo “11 de septiembre”, una explotación de yacimientos de petróleo en Salta, etc.
Uno de los hermanos Mendez, Nicanor, llego a ser un hombre próspero. En 1884 fue designado miembro del Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires por Marcelo T. de Alvear, integrando la Comisión de Seguridad.
En 1888, Nicanor se transforma en estanciero, al adquirir 20.000 hectáreas en el partido de Bahía Blanca, propiedad a la que bautizara como estancia “La Margarita”, en honor a su esposa Margarita Elsegood .

Ese mismo año, Nicanor le compra a la sociedad Augusto Carminatti y Hno., una fracción de terreno de 72 hectáreas, 7 áreas, 76 mts2 y 42 dm2 (54 manzanas) en el partido de la Matanza.


Esta chacra lindaba al SE, calle por medio, con Don Juan Bautista Melongo; al SO con Guillermo Barsaitz; al NE y SE con Don Eduardo Vidal y Don Justo Villegas; y al NO con los herederos de Doña Aurora Pueyrredón.

Nicanor construye en estas tierras una amplia casona de doce habitaciones, con corredores, mirador, galerías, dependencias de servicio, y un gran tanque de agua con cañerías en el parque y jardín que la rodeaba.

La familia Méndez nombra a su pequeña estancia como “Villa Las Margaritas” .
En 1908, tras la muerte de Margarita Elsegood, la familia decide vender sus tierras encomendando al rematador Manuel T. Durán, la venta de 1651 lotes, que se ofrecieron a pagar en 80 cuotas mensuales sin interés.
La publicidad gráfica anunciaba:
“Gran remate correspondiente a la antigua y conocida quinta de la familia Méndez, llamada Villa Las Margaritas, muy cercana a Haedo”.
Este loteo, instaló a las primeras familias, quienes conformaron el barrio denominado la “Villa Vieja”, y que tomará el nombre de “Villa Las Margaritas”.
Julio Fracchia Monoquio, descendiente de una de las familias pioneras relataba:

“Mi madre nació en Don Bosco, que en aquel entonces era la estancia “Las Margaritas” de los Méndez” .

Hacia fines de siglo XIX se vendían grandes parcelas de tierra. A comienzos del siglo XX, se lotearon parcelas más pequeñas iniciándose una creciente densificación en la corona periférica de la ciudad, donde aumenta la cantidad de propietarios, especialmente de origen extranjero.
Los inmigrantes europeos que habían elegido nuestro país, y los que continuaban llegando, se instalaban en el centro urbano de Buenos Aires, hacinados en el Hotel de los Inmigrantes, pensiones o conventillos. Pero en las épocas de prosperidad, se hizo evidente la expansión hacia los municipios adyacentes a la ciudad, en pleno crecimiento, favorecidos por los nuevos loteos y la aparición de medios de transportes, entre los que se destacaba el tren .
En este sentido, la zona que comprende hoy Villa Luzuriaga, que había sido loteada durante la segunda mitad del siglo XIX por la sucesoria de Justo Villegas, se fraccionó, instalándose en la zona numerosas quintas fruti hortícolas, viveros, y el matadero, potenciales fuentes de trabajo que atrajeron a la zona a los primeros vecinos estables, quienes formaron así el primer centro urbano, conocido como “la Villa Vieja”.
Juan Segalerba, descendiente de una familia pionera, dueños de una de las primeras quintas frutihorticolas, nos relataba:

“Mi padre vino a Villa Luzuriaga, de la mano de mi abuelo en el año 1898. Era todo quintas. Una de las más importantes era “La Cabaña” de la familia Costa.
Si la gente quería trabajar en un horno de ladrillos, tenían que cruzar el vivero de los Peluffo”.

Una de las actividades económicas más importantes de la zona, era el matadero de la familia Arnaldi. Pancho Arnaldi, recordaba:
“Mi padre nació en el año 1889, y nació acá. Mi Abuelo compró a los Villegas. Porque mi padre tenía el matadero que había sido de mi abuelo. En el matadero se mataban de siete a ocho vacas por día”.

Otro vecino, Juan Livosi recuerda:
“Yo saltaba la tranquera, cruzaba la quinta de verduras y llegaba al matadero.
Yo me venía del matadero con la cabeza de la vaca. ¿Por qué? Porque mi padre, que por esa época era la música del pueblo, iba a los boliches, a la quinta… donde lo llamaran él iba y tocaba el acordeón, y cuando iba al matadero le regalaban la cabeza de la vaca...”
Juan Segalerba recuerda:
“El matadero estaba en la esquina de lo que es ahora América y Presidente Perón. Era propiedad de los Arnaldi. Mataba para las carnicerías del lugar.”

Aparte de las quintas de la zona y el matadero, se destacaba el vivero de la familia Peluffo, que abarcaba la zona de….
Juan Livosi recuerda:
“Los Peluffo… los dueños de todo el vivero, y al lado de la casona donde ahora está la iglesia (Sagrado Corazón), había un galpón donde dormía la peonada, porque trabajaba mucha gente ahí” (Juan Livorsi)

Juan Segalerba comentaba:
“Para llamarlos a comer, al mediodía, tocaban una campana y por el centro de la quinta pasaba a caballo, al galope, una persona que era descendiente de ingleses, con un Mauser al hombre y gritando: ¡el puchero…! ¡El puchero! Y entonces se veía a la gente que iba a comer al casco del vivero de los Peluffo”

En 1908, en plena venta del loteo realizado, el Dr. Julio Félix Luzuriaga, adquiere la casa quinta perteneciente a la familia Méndez (denominada “Villa Las Margaritas”) y los lotes de 1 al 18 de la misma manzana (comprendida por las calles Don Bosco, Entre Ríos, Buchardo y Almafuerte), para su utilización como vivienda.
 
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